Talones bizarros

Talones Bizarros

 

–¡Lo conseguimos! –dije, entrando como un torbellino en la estancia de recuperación de conocimientos donde Alyf se pasa los días trabajando con su grupo.

–¡Lo tenemos, cariño! ¡Funciona! Funciona. Es genial, ¿no?

Alyf, sin moverse de su mesa, dijo:

–¡Bien! Sois unos genios, lo sabía.

Todos no pusimos eufóricos: nos reíamos y sonreíamos felices. Enseguida circuló la “jacha” y la “generala” (bebida alcohólica de muy alta graduación, de ahí su nombre) de la que vaciamos unas cuantas botellas. Terminamos bailando, dando brincos y riendo a carcajadas. Más tarde Alyf y yo terminamos la celebración de manera más íntima.

Sí, lo habíamos logrado. Llevábamos 18 meses trabajando en un dispositivo que nos permitiera burlar el sistema de seguimiento de la RSV (Red de Seguimiento Vital). Habíamos pasado todo ese tiempo sin salir del refugio de la zona franca, sin pillar la calle, sin identidad. Al fin, el pequeño grupito de “Electroingenieros Automarginados” que formábamos parte de la disidencia en la clandestinidad de la Ciudad-Estado de Barna, habíamos conseguido crear un pequeño y ligero dispositivo que permitía manipular las coordenadas vitales de seguimiento de la RSV. “Talones Bizarros” le llamamos y consistía en un dispositivo de 270 gramos de BMG (Bulk Metallic Glasses) que se coloca en el talón y se adapta a él, en el que incrustamos todos los sensores de lectura vital y de certificación de seguimiento de las botas laborales corporativas.

Mientras los AA (tenemos en el grupo el mejor equipo de “artesanos antiguos” y creo que es el último que existe en Barna) terminaban el diseño en cuero (increíble, lo sé, pero es piel natural de animal) nosotros afinamos el dispositivo milimétricamente, incluyendo el chip de borrado total. El resultado final: unas botas a imitación de las opresoras botas obligatorias corporativas, pero sin el peso de los seis kilos reglamentarios aprisionándonos los pies, que podremos descalzarnos siempre que queramos, sin necesidad de fichar en ningún descalzador oficial de la RSV.

Aunque tenía unas ganas locas de salir a las calles tras 18 meses de enclaustramiento (ya llevo casi tres años en Barna, los dos últimos en la clandestinidad) los siguientes dos meses se me hicieron más cortos. La puesta a punto del Talón Bizarro nos tuvo a todos en el refugio de Biblioteca Francesc Candel hiper-atareados y maravillosamente felices.

Alyf y yo apenas nos vemos, salvo en las horas de dormir y algún momento suelto que otro. Las dos andamos absorbidas por nuestros proyectos.

El grupito de Alyf se dedica desde hace tiempo a la reconversión mediante el EBP (Emisor de Bienestar Personalizado) de todos los e-Books que encontramos en el refugio Candel. Alyf me explicó que había sido una “biblioteca”, incluso me habló de algo llamado “libros impresos”. Yo no sabía que antes de los Books existieran soportes donde la gente leía, pero los había por millones, en muchos idiomas, y cualquiera podía tener muchos en la era anterior al pre-desarrollo (o sea, la “Decadente”). Se creía que, con la nueva era, todos aquellos rastros de la humanidad decadente habían desaparecido, pero la “Plataforma Ciudadanos Humanos” había encontrado un almacén lleno de libros (la llamada “biblioteca”) que no figuraba en los registros de la RSV y lo había convertido en nuestro refugio. La “biblioteca” y nosotros dentro de ella, somos invisibles para la Ciudad. Alyf sabe leer, no solo los e-Books sino también los “libros” y, además, en tres idiomas antiguos diferentes de la era “Decadente”: el español, el inglés y el alemán. A mí me parece que todo eso lo sabe por haberse criado sin programación. Me está enseñando a leer.

En el grupo hemos decidido que hay que salir a probar los talones bizarros. Tenemos cuatro pares de botas corporativas falsas terminadas y es el momento de saber si realmente nos harán pasar confundidos entre los demás ante los lectores y registros de la RSV. Alyf se ha presentado voluntaria, y yo con ella. Bernat y Deni serán los otros dos pares. Nos desplazaremos en el transportador subterráneo con el bono metropolitano. Todos tenemos el holograma de pulso de transportación que nos da derecho a ello. El grupo de falsificación holográmica hace unos trabajos “niquelados”. El objetivo no es otro que el de llegar a la entrada misma de la “Isla” y ver si superamos todos los controles de las cintas y los holochips de los intercambiadores. Si podemos ir y regresar sin que la RSV se percate de que somos falsificaciones andantes, habremos conseguido llegar al punto de movilización necesario para comenzar la revolución ciudadana. Si la RSV nos detecta, no tendremos más futuro que la eliminación instantánea.

Mañana, con el cambio del segundo turno de operadores laborales del extrarradio del cuarto cinturón, lo intentaremos. Estoy nerviosa y deseando que llegue ese mañana.

Talon

2 Responses to Talones bizarros

  1. Faly Yeste dice:

    Atractiva como la primera entrega (“Barcelona 2416”) y escrita también de un modo fluido y a base de pinceladas que nos van situando en el contexto, esta segunda va unos “pasos” más allá con esos “talones bizarros” pendientes de ser probados. La idea de rebelarse de manera activa contra una sociedad opresora se conecta, con gran destreza, con la recuperación de la cultura mediante la reconversión de esos “antiguos” e-Books y, muy acertadamente en mi opinión, la que antes fuera biblioteca es ahora precisamente el espacio que sirve de refugio gracias a su hallazgo por parte de la llamada “Plataforma Ciudadanos Humanos”. De nuevo mi enhorabuena y me confieso expectante ante la continuación.

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  2. taliesin dice:

    Gracias Faly, no te preocupes, serás la primera en leer la siguiente entrega 😉 :*

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