Guardando memoria
Y si algún día me castigan por recordar las golondrinas de Bécquer, y si llega el momento de que me lleven a prisión por saber cómo es el mar de Sorolla, y si me prohíben silbar la primavera de Vivaldi, y si alguna ley nos impide volvernos a besar…, cuando ya no recordemos a las golondrinas llegando en la primavera, atravesando el mar, para nada nos servirá la boca.
Porque de tanto callar habremos olvidado cómo hablar, besar, gritar…, me rebelo ante el siniestro futuro de esclavitud, enseño a mi retina a aprender cada línea del David de Miguel Ángel, para no olvidar jamás que un día David venció a Goliat.
qué grande eres prima.
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Gracias prima…pero te recuerdo que soy más pequeña que tu 🙂
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Es admirable esa capacidad tuya de concentrar tanto con tan pocas palabras, invitando a la reflexión mientras damos un paseo desde la poesía a la escultura, pasando por la pintura y la música. Gracias por el placer que supone leerte.
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Hola Eva, a mí de verdad que lo que me parece encomiable es tu actitud. Eres de esas pocas personas que lee un relato en internet y no solo lo lee, sino que gasta su tiempo en valorarlo y además se molesta en dejar su opinión. Por todo ello, un millón de gracias.
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Ahora sí, muy bueno 🙂
O no era este el que tenía que leer…
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Hola Glutoniana!!, jaja si, era este, me alegra que te guste y me gusta verte por aquí 🙂
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Un miedo nada aberrante …Sabia reflexion…Un beso muy grande
ahora que aún puedo
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Gracias por tus palabras Mar, me dejas en vilo, ¿Qué significa eso de, aún puedo?
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